Contact Us

Use the form on the right to contact us.

You can edit the text in this area, and change where the contact form on the right submits to, by entering edit mode using the modes on the bottom right. 

         

123 Street Avenue, City Town, 99999

(123) 555-6789

email@address.com

 

You can set your address, phone number, email and site description in the settings tab.
Link to read me page with more information.

La magia de la meditación

Blog-Es

La magia de la meditación

Mélanie Huser

¿Si? ¿De verdad? ¿Decidiste empezar a meditar y así hacerte mejor persona; más compasivo, menos estresado y, por si fuera poco, con una mejor habilidad de aprender y memorizar? 

 

¡Felicitaciones superhéroe! ¡Qué idea más genial! Estoy súper emocionada de poder ayudarte a descubrir la magia de la meditación.

 

En primer lugar tengo que contarte un secreto: no me gusta meditar. Me cuesta. La meditación me confronta con mi impaciencia, mi naturaleza inquieta y mi mente volátil (todos rasgos de mi personalidad que usualmente trato de esconder). Así y todo, medito. Cada día. No es algo que me entusiasme mucho. Es algo que hago. Porque sé que me hace bien. Y como me hace bien a mí, les hace bien a las personas a mi alrededor.

Perdón. Sé que te hubiera motivado más escuchar que meditar me lleva a un estado maravilloso de iluminación, que cuando me despierto no veo la hora de poder sentarme en mi almohada de meditación. Pero no. Y es muy probable que a tí te pase lo mismo. Porque en esencia meditar es trabajar - o mejor dicho: es entrenar. Ejercicio para tu mente. Un nuevo hábito que añadirás a tu rutina cotidiana, como lavarte los dientes o pasear al perro. Algo que en sí mismo no es súper emocionante, pero a la larga sus beneficios valdrán la pena.

 

¿Cómo empezar?

En esta inmensidad de técnicas diferentes de meditación es muy difícil saber con cuál empezar. La buena noticia: no importa. No importa si empiezas usando una técnica en la que te enfoques en observar tu respiración u otra que incorpore la repetición de pequeñas oraciones (también conocidas como mantras); tampoco importa si usas meditaciones guiadas o decides observar tus pensamientos sin juzgarlos (la meditación “mindfulness”). La esencia de todas las técnicas es reforzar la introspección, cultivar la (auto-)conciencia y abstenerse de juzgar.

Entonces lo primero que tienes que hacer es decidir qué técnica usarás. Averigua cómo usarla. Y quédate con esta técnica por lo menos por dos semanas. Porque si meditas (o entrenas tu mente) cada día, notarás resultados positivos dentro de dos semanas

¡Hum! Esta expresión en tu cara mientras estas leyendo me dice que todavía no estás satisfecho/a. Bueno, te digo qué técnica uso yo. Y por qué. Y cómo tú también puedes usar esta técnica.

 

La Meditación “Mindfulness”

La técnica de “mindfulness” (o traducido: atención plena) es una técnica moderna con raíces budistas antiguas. Según los científicos de Harvard, la técnica “mindfulness” se define como la “observación de sensaciones, emociones y estado mental sin juzgar”. Es esencialmente una técnica que tiene un única consigna: estar presente y observar la mente. 

¿Estas listo/a para empezar? ¿Ya? Sólo necesitas un minuto y un cronómetro.

  • Programa un minuto en el cronómetro .  Sí, un minuto.
  • Encuentra una posición cómoda sentado/a -en una silla, en una almohada, o en una colchoneta de yoga. Usa todo los accesorios que necesites para sentirte cómodo/a (mantas, almohadas, etc.). Acostarte no es una opción porque la tentación de dormirte es demasiada alta.
  • Empieza con la observación de tus sensaciones, tus emociones y tu estado mental sin juzgarlos. Es decir: trata de estar presente y nota todos los pensamientos y sentimientos que aparecen.

Como ancla al momento presente te aconsejo observar tu respiración; cómo suavemente entra en tu cuerpo y suavemente sale, parecido a las olas del mar. O también puedes escuchar todos los ruidos a tu alrededor, notarlos sin nombrarlos. Mientras tratas de estar presente, nota todos los pensamientos que aparecen. Y si escuchas tu mente diciendo “que fiaca, esto es tan aburrido. Espero que este minuto termine pronto”,  solo date cuenta de tu pensamiento. No lo juzgues. Pero al notar el pensamiento, déjalo ir. Vuelve al momento presente. Observa tu mente…

 

¿Cómo te fue?

¿Te gustó? ¿O te enojaste porque no lograste estar presente?

No te preocupes. Divagar es la esencia de la meditación. Cuando te pierdes en un pensamiento y te das cuenta, no te enojes. ¡Alégrate! Porque en esta fracción de segundo en que te diste cuenta que te fuiste por las ramas, en esta fracción de segundo estuviste presente. Y cada vez que gentilmente haces volver tu mente del ensueño al momento presente estas entrenando tu mente para estar presente. Matthieu Richard, un monje tibetano budista compara la meditación con el entrenamiento para una maratón - la primera vez que vas a correr, probablemente no tendrás mucho éxito. Pero a largo plazo, si practicas regularmente, sentirás una mejora significativa.

 

Cómo hacer de la meditación un hábito

Trataste la meditación de un minuto. Y déjame adivinar: no te gustó y tampoco pudiste concentrarte por más de algunos segundos. ¿Cómo, por Dios, puedes hacer de esto un hábito?

  • Empieza por definir un momento del día en el cual meditarás. Te aconsejo que sea la primera cosa que hagas por la mañana, porque así es más fácil crear el hábito (y la mente todavía está fresca como una lechuga). O, como una alternativa, también puedes meditar antes de acostarte. No importa qué momento del día hayas elegido- quédate con él. No pospongas la meditación para más tarde. Porque de repente te quedarás profundamente dormido sin haberlo hecho. 
  •  Poco a poco empieza a aumentar tu tiempo de meditación. Empieza con un minuto por día, mañana harás dos, pasado tres.. Trataría de mantenerme entre 5 y 20 minutos por día. 
  • NUNCA NUNCA NUNCAAA omitas un día de meditación. Porque si un día no lo haces, el próximo día también te dará fiaca hacerlo y el tercer día ya te habrás olvidado de tu intención. Este punto puede parecer bastante riguroso, pero para mí es esencial. Nunca dejes que tu mente decida si quiere meditar o no. Decídelo tu antes de pensar. ¡Solo hazlo! 
  • Una práctica regular es más importante que una práctica prolongada. Quédate con la rutina de 5 minutos por día si no encuentras tiempo para más en tu día atareado. Abstenete de tener metas inalcanzables y después rendirte porque no puedes seguir tu regimen ambicioso (¡sí, perfeccionistas, les estoy hablando a ustedes!). Hazlo justo al revés: de menor a mayor. 

 

Una advertencia: Estarás tentado/a de rendirte. Encontrarás excusas para no tener que meditar. Te dirás que meditar no es lo tuyo. Que no tienes tiempo para esto. Y, para colmo, empezarás a juzgarte por no ser capaz de ni siquiera invertir 5 minutos por día en una práctica saludable.

Sé que esto pasará. Porque yo lo viví. Empecé a meditar muchas veces, y me rendí muchas veces. Hasta que decidí hacerlo y ya.

 

Porque la “Tortura” aún vale la pena

Cuando empecé a meditar supuse que ocurriría un milagro -que al segundo día, mi paciencia sería mejor que la de la madre Teresa y que mis amigos se acercarían preguntándome cómo me hice tan bendita. 

No pasó - ¡qué decepción! Pero paulatinamente sí me di cuenta de cambios pequeños. Mis estallidos de enojo después de ser criticada por mi novio se volvieron conversaciones suavemente agitadas. El tráfico pesado ya no me perturbó y en lugar de perder mi serenidad por situaciones negativas externas empecé a contestar con humor, a tomarme las cosas con menos dramatismo.

Y si mis experiencias personales no te persuaden, déjame explicarte los cinco beneficios científicos que más me gustan de meditar. (Para una lista aún más completa, clickea aquí)

La meditación

 

“La mente: Un siervo bello. Un patrón peligroso.” Porque la meditación te da más que beneficios científicos

Mi profesora de yoga y filosofía Vidya Heisel me enseñó que los beneficios son solo los subproductos de una práctica de meditación. La verdadera razón por la cual debes meditar es para descubrir cómo funciona tu mente. Y para descubrir quién eres. 

Una vez que empiezas a meditar, te das cuenta de cómo tu mente está increíblemente ocupada. Como comenta, juzga, planifica, acuerda, se queja, etiqueta… sin parar, sin que estés consciente de lo que pasa y sin que lo puedas controlar. Después de haber practicado la meditación “mindfulness” por un rato notarás que, en verdad, sí puedes dominarla. Puedes decidir no involucrarte con la cháchara. Quedarte presente y calmo/a. Tú decides: tu mente puede ser tu sierva o tu patrón.

Además, te darás cuenta que no eres tus pensamientos. Inconscientemente tenemos la tendencia de identificarnos con nuestros pensamientos. Un acto peligroso, sobre todo si creemos que no podemos controlar nuestros pensamientos. Porque así parecemos marionetas de nuestra mente. Con la práctica de “mindfulness” descubrirás que puedes dar un paso atrás, que puedes decidir observar tus pensamientos en lugar de involucrarte con ellos. Te darás cuenta que tú no eres tus pensamientos, pero eres el observador. 

Y, por último, dando un paso atrás de la cháchara cotidiana puede ser que encuentres un lugar de paz dentro de tí mismo. Un lugar en el cual eres perfecto como eres. Un lugar en el cual te sientes conectado con el resto del mundo, un lugar lleno de amor y compasión. El momento presente, el aquí y ahora. 

Sí, es verdad: no me emociona demasiado la meditación. Mi mente furtiva frecuentemente trata de disuadirme de hacerla. Pero yo (la observadora) soy más fuerte que mi mente (mis pensamientos). Apenas me siento y empiezo a conectarme con la paz adentro de mí, ahí sí, la meditación me gusta. La paz, la compasión, la tranquilidad. Y lo que amo de verdad son estos momentos mágicos de estar presente que invaden mi vida cotidiana - debido a la práctica. 

Y, tú, ¿qué tal? ¿Estás listo/a para descubrir la magia de la meditación? No veo la hora de que me lo cuentes. 

 

Amor y abrazos

Mélanie